Los dinosaurios en Villaviciosa

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Mapa de situación del concejo

Mapa de situación del concejo de Villaviciosa. Asturias.

Escudo del concejo

Escudo del concejo de Villaviciosa. Asturias.

Descripción

LA COSTA DE LOS DINOSAURIOS

INTRODUCCIÓN

Los dinosaurios, orden de reptiles de la Era Secundaria (Triásico, Jurásico y Cretácico), vivieron en extensas regiones del globo terráqueo desde el Triásico hasta el término del Cretácico, llegando a su máximo desarrollo durante el Jurásico. Formaron el grupo de animales de apariencia más espectacular; fueron los más grandes que existieron, llegando a medir hasta 40 m. Poblaron todos los medios, con formas terrestres, acuáticas y aéreas. Entre los géneros más notables sobresalen Tiranosaurus, Brontosaurus, Diplodocus, Iguanodon, Triceratops, Sauropus... Las causas de su rápida extinción, ocurrida hacia el final del Cretácico, pudieron deberse a cambios de clima (bajada importante de la temperatura), vegetación (retroceso de la misma) y población animal, que originaron un ambiente al que los dinosaurios no pudieron adaptarse.

A comienzos del Jurásico superior, el paisaje asturiano experimentó un cambio brusco, que se tradujo en una rápida elevación y emersión del territorio, a consecuencia de la actividad tectónica. El resultado fue la formación de un relieve irregular, particularmente acusado hacia el suroeste de la región. El clima, en esos momentos, mostró cierta aridez. Durante esa etapa, en la que todo el territorio emergió como tierra firme, se hallan los primeros signos de dinosaurios: vértebras aisladas entre los lechos de gravas de los ríos jurásicos, así como icnitas (huellas de pisadas) diversas.

En Asturias se encuentran evidencias de la presencia de dinosaurios justamente donde afloran las formaciones sedimentarias de la Era Secundaria, formaciones que constituían antes el propio suelo donde pisaban estos animales. José Carlos García Ramos, profesor de Paleografía de la Universidad de Oviedo y, a través de su larga labor investigadora, principal artífice de que la costa centro-oriental sea reconocida como uno de los mayores viveros de Europa en restos jurásicos, algunos de importancia mundial, sostiene que la comunidad autónoma asturiana tiene el mayor yacimiento de España en vestigios óseos, una de las mayores colecciones de Europa en huellas sueltas y museables y el mejor yacimiento de Europa y de los mejores del mundo en pterosaurios. Aun más, afirma que los hallazgos asturianos han puesto fin a una vieja discusión de carácter científico: varias huellas con pelo encontradas en Villaviciosa demuestran que los pterosaurios eran endotérmicos. Un abundante número de huellas de este reptil volador jurásico fueron localizadas en diciembre de 1998 por el equipo de investigadores encabezados por García-Ramos en un acantilado de difícil acceso, próximo a la Punta del Olivo, cerca de Tazones (Villaviciosa), y trasladadas a Oviedo para el correspondiente examen técnico en la Facultad de Geología. Los restos de pterosaurio, una especie de dinosaurio volador —el más grande que ha existido nunca— de hace 150 millones de años, son los más antiguos, mejor conservados de Europa y más precisos del mundo. Según la tesis de García-Ramos —quien ha explorado el tramo de costa que va desde Tazones hasta Camangu (Ribadesella), los dos extremos de la denominada «Ruta de los Dinosaurios»—, cuando sus huellas quedaron impresas en Villaviciosa, caminaba por una laguna costera sobre agua, en parte flotando y en parte nadando. La costa asturiana, por entonces, era oblicua a la actual y disponía de vegetación abundante, aunque todavía no había surgido la hierba. El arbolado estaba compuesto fundamentalmente por coníferas. El pterosaurio, al caminar, tenía un comportamiento cuadrúpedo: apoyaba pies y manos. El estudio del yacimiento reveló que los dedos del pie contaban con membranas interdigitales, parecidas a las de los patos. Se alimentaba de pequeños crustáceos y gusanos y la charca tenía dentro un fango semiconsolidado que grabó las huellas de sus pasos para siempre. El pterosaurio tenía masa muscular más desarrollada en la parte anterior del cuerpo. Eso hacía que se apoyara más en las manos y por eso han aparecido más huellas de las palmas que de las plantas de los pies, que terminaban en garras. Curiosamente, era un reptil de sangre caliente. García-Ramos cree que el ejemplar asturiano pertenecía a los pterodactiloideos, cuya rasgo más común es que tenía una cola corta. Sus manos medían unos 16 centímetros de longitud y los pies unos 17. De un extremo al otro de las alas medía tres metros y los pies son tetradáctilos, tienen cuatro dedos, acaban en garras y tienen forma triangular. Las manos son tridáctilas, tienen tres dedos.

Formación de huellas

Cuando los dinosaurios se desplazaban sobre terrenos de gran plasticidad (limos y margas), las huellas de sus pisadas (icnitas) podían quedar impresas en el suelo, en ocasiones con tanto detalle como para distinguirse las almohadillas de los pies o las uñas. Evidentemente, estos terrenos no se encontraban petrificados en el momento en que se estamparon las pisadas, sino que eran suelos arcillosos donde fácilmente quedaba registrado el rastro que dejaban a su paso. Ahora bien, el hecho de que las icnitas puedan llegar a conservarse es algo fortuito, pues han de concurrir diversos factores para que tenga lugar este proceso: a) Tras la estampación, un sedimento posterior tendrá que cubrir estas señales de forma que queden enterradas y, por tanto, protegidas de la erosión. b) A partir de ese momento, y en el caso de Asturias, habrán de comenzar a cementarse los carbonatos cálcicos de los sedimentos para que se produzca la petrificación. c) Finalmente, será la propia erosión o la mano del hombre la que con el tiempo llegue a destapar estas señales, poniéndolas al descubierto con su acción mecánica.

En unos casos, las huellas se obtienen por la estampación directa de la pisada del animal sobre el suelo, dejando así una marca rehundida a modo de relieve negativo. En otros, se encuentra el molde natural que las huellas dejaron en el sedimento superior que las tapaba, obteniendo una copia en positivo.

Huellas en Asturias

En Asturias existe una franja marítima con abundantes afloramientos de la Era Secundaria, donde aparecen formaciones que llevan entre sus sedimentos las improntas de estos antiguos pobladores de la Tierra. Se trata de la rasa costera —antigua plataforma de abrasión marina emergida—, que se extiende entre los municipios de Villaviciosa y Ribadesella, cuyas formaciones están constituidas por acumulación de materiales correspondientes a la Era Secundaria o Mesozoico. Estas formaciones tienen sus afloramientos precisamente en las zonas de acantilados, donde la acción mecánica del mar produce su buzamiento (inclinación) hacia el litoral, los pone al descubierto y los va desgajando paulatinamente hasta provocar los desplomes de rocas «destapando» sedimentos que muestran huellas de dinosaurio. En la franja costera comprendida entre La Isla y Caravia no hay icnitas, pues los materiales que constituyen el suelo no facilitaron su formación. Las zonas pantanosas fueron las más idóneas para la conservación de las huellas que, cubiertas rápidamente por sedimentos de lodos y arenas, alcanzarán cierto grado de petrificación.

En verano del citado año 1998, el equipo asturiano de García-Ramos había encontrado y luego limpiado un rastro compuesto por 12 o 13 huellas de un dinosaurio en la playa villaviciosina de Merón, donde también descubrieron una pisada, en esta ocasión de un animal bípedo ornitópodo, de gran tamaño.

La Ruta de los Dinosaurios, perfectamente señalizada, parte de Tazones, en el concejo de Villaviciosa, pasa por Lastres y la playa de la Griega, en Colunga, y llega a territorio de Ribadesella.

Pero los descubrimientos se suceden en la costa de Villaviciosa, el reino de los dinosaurios. Así, este equipo de paleontólogos de la Universidad de Oviedo, en el verano del año 2000, halló en un acantilado de Quintueles, próximo a Villaviciosa, la tibia de dinosaurio saurópodo más larga que se conoce en el mundo, con una longitud de 1,25 metros. La tibia pertenece a un ejemplar saurópodo del Jurásico Superior (hace unos 150 millones de años), que pesaba varias decenas de toneladas y medía de lomo entre 4 y 5 metros de altura. Los saurópodos son un grupo de dinosaurio de cuatro patas, cola y cuello largo y cabeza pequeña, que se alimentaba a base de vegetales. El fósil, cuyo hallazgo demuestra, según García Ramos, que la zona estuvo habitada hace 150 millones de años por «dinosaurios gigantescos», ha sido verificado y catalogado por el principal entendido en España en huesos jurásicos, José Luis Sanz (departamento de la Universidad Autónoma de Madrid) y por el argentino Rubén Darío Martínez (Universidad de la Patagonia, Argentina).

RUTA 1: FARO DE TAZONES

El panel explicativo se sitúa en el comienzo de un camino que parte del lado izquierdo de la carretera que conduce al faro. Siguiendo la señalización en dicho camino, se accede al acae la cola.

En estratos adyacentes con la misma orientación se observan también diversas icnitas de manos y pies de dinosaurios cuadrúpedos, vistos en planta, así como la sección vertical de una de ellas de grandes dimensiones, probablemente de un saurópodo.

Otros 60 metros más allá en la misma dirección, en la pared vertical del acantilado se ven nuevas secciones de icnitas de cuadrúpedos con relleno areniscoso a modo de abultamientos en la base de los estratos subhorizontales de la misma composición o aisladas en el interior de margas grises.

El conjunto de rocas que contienen estos yacimientos, en donde alternan areniscas, lutitas (fangos consolidados) y margas, pertenece a la Formación Lastres. Estas rocas se originaron como depósitos de pequeños deltas, marismas y pantanos en el Jurásico Superior, un periodo de la Era Secundaria de hace poco más de 150 millones de años. Durante la Orogénesis Alpina, que tuvo aquí su momento de más intensidad hace unos 30 millones de años, en el Terciario, fuertes movimientos tectónicos las plegaron y fracturaron, dando lugar a la inclinación natural de los estratos, al mismo tiempo que se levantaba la actual Cordillera Cantábrica.

En este sector de la costa se encuentra un variado conjunto de huellas de pisada de dinosaurios bípedos y cuadrúpedos, visibles tanto en la superficie de las lajas como en secciones perpendiculares a la estratificación, en este último caso como contramoldes. Algunas de las huellas se agrupan en forma de rastros. También se reconoce aquí la única huella atribuible a la cola de un dinosaurio hallada en territorio asturiano.

En estratos próximos se observan varias acumulaciones de conchas de lamelibranquios («lumaquelas»), ondulaciones debidas al oleaje y a corrientes («ripples»), «estratificaciones cruzadas» y huellas fósiles de gusanos y crustáceos.

El camino de bajada al acantilado comienza a partir de un panel explicativo, y está debidamente señalizado, así como la localización de los yacimientos en la costa.

RUTA 2: PUERTO DE TAZONES

Partiendo del panel explicativo se sigue por la playa y el acantilado, y a unos 120 m de aquél, sobre la superficie de un estrato gris de la Formación Tereñes inclinado unos 45º, se observan varias icnitas tridáctilas pertenecientes a dinosaurios bípedos orientadas en varias direcciones. Algunas de ellas constituyen un rastro.

Si continuamos unos 480 m, más en la misma dirección, y dentro ya de la Formación Vega de origen fluvial, se divisa otra huella tridáctila de dinosaurio formando un contramolde en la base de un saliente de arenisca a modo de alero situado a varios metros de altura.

En el acantilado del extremo oeste de la localidad de Tazones y pocos metros después de rebasar el espigón del puerto, se observa un magnífico ejemplo de falla vertical dentro de una sucesión alternante de areniscas, lutitas y margas pertenecientes a la Formación Lastre

Concejo de Villaviciosa

Pumaradas y sidra, huerta y mar, Rodiles y Tazones, Románico en Amandi y Prerrománico en Valdediós, el casco histórico de Villaviciosa, surf, pesca y aves en la mayor ría de Asturias… Así es Villaviciosa, Capital Manzanera de España.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Villaviciosa son: Cabranes, Colunga, Gijón, Piloña y Sariego. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Villaviciosa, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de la Sidra

Tierra de pomaradas y manzanos en flor, hogar de centenarios llagares de sidra, costa de dinosaurios, pueblos mineros y villas marineras, una de las rías con más biodiversidad de toda Asturias, majestuosas sierras como las de Peñamayor o el Sueve, Caminos de Santiago, pueblos ejemplares y el mejor arroz con leche… así es la Comarca de la Sidra.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariego y Villaviciosa. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

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Resumen

Clasificación: Etnografía

Clase: El concejo

Tipo: Varios

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Villaviciosa

Parroquia: Villaviciosa

Entidad: Villaviciosa

Zona: Oriente de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca de la Sidra

Dirección: Villaviciosa

Código postal: 33300

Web del municipio: Villaviciosa

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Villaviciosa

Dirección

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